Sin duda lo hemos escuchado en muchas partes:
"Cuando la experiencia es buena el usuario no piensa tanto en el costo",
"Lo importante es hacer de las experiencias de marca algo memorable",
"Las buenas experiencias pueden modificar comportamientos del consumidor"
Desde hace 15 días vengo teniendo una experiencia que sencillamente no puedo acotar a mi red de amigos, familiares y conocidos, llegó el momento de compartirla con ustedes mis lectores porque es algo digno de vivir por todos y más si trabajamos en este medio del marketing donde tanto hablamos de valor y es tan difícil aveces tangibilizarlo a los usuarios para tener como resultados las actitudes deseadas de parte de ellos.
Es así como hace dos semanas me di a la tarea de ir a cine sin ninguna intención de tener una experiencia diferente al buen sonido, entretenimiento y una buena compañía. Al llegar tuve la opción de probar una sala nueva de Cinemark llamada Premier, muy costosa, pero el hecho de no perder el plan y el desplazamiento intervino en la decisión que sin duda era entrar a la sala como fuera.
Ingresé, cómodas, espaciosas, buen sonido; pero momento, la silla es automática y se reclina casi como al nivel "acostado perfecto" es decir; no tanto como para dormirte, pero lo suficiente para sentirte en casa. Servicio a la silla desde la confitería que te entrega justo cuando estás ya cómodo en tu lugar, excelente película, comodidad garantizada. ¿Quien no quisiera una experiencia de estas?.
Nada barata, pero sin duda tan memorable que el siguiente fín de semana ya estaba de nuevo con reserva a bordo lista para ver otra película, y eso que confieso que normalmente uso Apple TV y Netflix para ir a cine se necesita.
Aparentemente esta entrega de valor inesperada desde Cinemark despertó en mi una nueva hambre de cine que sin duda se verá colmada con su excelente experiencia de cine que la engloba el entorno, las comodidades, los mimos y poco la película. Van 2 fines de semana con visitas asiduas y auguro muchas más este año que hace dos semanas no tenía ni en mi mente. ¿El efecto?, adicción, uso, rehuso y re enamoramiento del target del medio. Ahora preguntémonos, ¿sirve el marketing de la experiencia?, ¿qué hay más preciado que hacer sentir a un consumidor único y sin pedirlo que lo replique con su red?, ¿Cómo logramos pasar las barreras de lo real para acceder de lo virtual? o seguramente cómo ustedes pasarán de lo virtual a lo real?. Es una inquietud que les dejo y les ruego compartir si visitan las salas para vivir su experiencia. Saben donde pueden escribirme: pgaviriaa@gmail.com o a mi twitter: @pgaviriaa siempre felíz de seguir en contacto con ustedes mis lectores.
A Cinemark muchas gracias, y a ustedes la invitación de que se den ese gusto de vivir una sala Premier vale la pena total, ¡se los aseguro!.
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